REFRANES SOBRE MELONES

Por San Gregorio, la pipa al hoyo.
Por San Marcos el melonar, ni nacido ni por sembrar.
Por San Vidal, siembra el melonar.
Por San Vidalón siembra, si no sembraste, tu melón.
Por San Isidro, el melonar, ni nacido, ni por sembrar.
En mayo, tu melonar, ni nacido ni por sembrar.
Entre grama y terrón se siembra el buen melón.
Los melones, ni sembrados en mayo, ni nacidos en abril.

Con los primeros calores de la primavera (San Gregorio Magno es el 12 de marzo, San Marcos el 25 de abril y San Vidal el 28 de abril) es el momento de sembrar los melones. Por mayo (San Isidro, 15 de mayo) ya tienen que estar sembrados.

Cosechas de ajos y melones, cosechas de ilusiones.
Sandia y melón, qué buenos para el calor.
Al gorrino y al melón, calor.
En julio al mucho calor, ajo blanco y melón.
En julio el melón echa dulzor.
En julio, el melón echa sabor.
En agosto, sandía o melón, buen refresco son.
Por Santiago pinta la uva, pinta el melón y el melocotón.
Sólo de San Justo a San Gabriel, los melones saben a miel.
Hasta San Bernardo, el melonar, lo que tenga bueno es lo que te da.
Hasta san Bernardo Abad, tiene buen fruto el melonar.
En septiembre, los melones se guardan en los rincones.
Por la Virgen de Carrión, deja la sandía y vete al melón.
Por San Antón, pierde su gusto el melón.

Durante los meses de verano, desde julio hasta septiembre, es la época de recolección.
Los melones de agosto (San Bernardo es el 20 de agosto) y septiembre alcanzan un mayor grado de madurez que los de julio (Santiago es el 25 de julio) por lo que desarrollan un exquisito sabor y un refrescante dulzor.
Dice el refranero que del 7 de agosto al 29 de septiembre (de la festividad de los Santos Justo y Pastor a San Gabriel) es la mejor época para su consumo.
En Extremadura el refranero recomienda consumir los melones a partir de septiembre, después de la Virgen de Carrión (8 de septiembre), venerada en su santuario de Alburquerque (Badajoz).
Si se guardan para el invierno hay que consumirlos antes de enero (San Antón es el 17 de enero).

Al melón bueno y maduro, todos le huelen el culo.
Al melón maduro, todos le huelen el culo.
El buen melón se conoce por el olor.
El melón se huele por el pezón.
El jamón y el melón, por el olor.
El melón, largo, pesado, escrito y borrado.
El melón y el casamiento, han de ser con tiento.
El melón y el queso, al peso.
El melón, el cardo y el queso, al peso.
El melón, al peso, y la sandía al vuelo.
Por donde amarga el pepino, huele bien el melón fino.

Para saber cuando un melón está maduro se recurre a varias maniobras:
Por el peso, a igualdad de tamaño, están más maduros los que pesan más.
La base correspondiente a la parte del tallo o rabillo debe estar cuarteada, y la de la parte opuesta, debe ceder ligeramente a la presión del dedo.
Si al golpearlo con la palma de la mano se percibe un sonido sordo, significa que está maduro.
Su aroma ha de traspasar incluso la corteza. Al oler el polo opuesto al tallo debe desprender un aroma dulce y delicado, muy característico.

Cigarro puro, melón, y mujer; más vale acertar que escoger.
Dar con buen melón y buena mujer, acierto es.
El casamiento y el melón, por ventura son.
El matrimonio y el melón, acertamiento son.
El melón y el casamiento, acertamiento.
El melón y el casar todo es acertar.
El melón y el hombre nunca se conocen.
El melón y la mujer, malos son de conocer.
El toro y el melón, como salen, son.
Melón y mujer, más vale acertar que escoger.
Tres cosas hay que nadie sabe como han de ser: el melón, el toro y la mujer.

El refranero también afirma que elegir un buen melón es cuestión de suerte.

Al melón y a la mujer, por la cata los has de conocer.
Melón que no compres a cala, no sabes si saldrá melón o calabaza.
Melón por catar, ¿quién sabe cómo saldrá?
¿Qué entiende el conde de calar melones?
Uso nuevo, melón a cala.

En los mercadillos los vendedores ambulantes de melones todavía venden los melones «¡a cala y a prueba!», es decir, cortan un trozo del melón que se puede probar (catar) para que el comprador compruebe su punto de madurez y de sabor.

Arroz y merluza, melón y pepino, nacen en agua y mueren en vino.
Con un melón no se llena el serón.
Cosechas de ajos y melones, cosechas de ilusiones.
Cuchillo de melonero: tantos veo, tantos quiero.
Cuchillo de melonero: probar muchos hasta hallar uno bueno.
El melón, en ayunas, oro; al mediodía, plata y por la noche, mata.
El que nació para melón, nunca llegará a sandía.
El secreto del serón: que por lo bien que olía, supieron que era melón. En diciendo melón, la tajada en la boca.
En tiempo de melones, cortos los sermones.
Hártate, comilón, con esas pepitas de melón.
La mujer es como el melón: si bueno, no hay cosa mejor; si malo, no la hay peor.
Más vale un buen melón que un buen pepino.
Melonar, o mucho o ná.
Melón empezado, melón acabado.
Melón que rechina, a la cochina.
Pera que cruje y melón que rechina, a la cochina.
Por la virgen melonera, verano fuera.
¡Quién me dijera... que aquel melón, pepino me saliera!
Si comes melón maduro bebe vino puro.
Si llueve por la Ascensión, se pierde la cebolla y el melón.
Toma melón y partirás tajada.
Un escribano, un gato y un melón invernizo, son tres cosas que el diablo los hizo.