¿Te debe un estudiante algo? échale un galgo.
A hacer y deshacer llaman aprender.
A la cama no te iras sin saber una cosa más.
A más vivir, más saber.
Al hijo querido, el mayor regalo es el castigo.
Al niño, corrígele con cariño.
Antes se aprende lo malo que lo bueno.
Atender y entender, para aprender.
Aunque el sabio en cueros vaya, su saber le acompaña.
Cada día aprendes cosas que no sabías.
Cada día estudiando, pasa el hombre de necio a sabio.
Cada maestrillo tiene su librillo.
Cada uno es maestro y artífice de su fortuna.
Castigar, cuando empieza el niño a andar.
Como el maestro ciruela, que no sabe leer y pone escuela.
Con estudiantes y soldados, mozuelas, mucho cuidado.
Con la enseñanza todo se alcanza.
Con razones se convence al sabio; y al necio a palos.
Contra lo mal aprendido, el remedio es el olvido.
Cual libro leemos, tal vida hacemos.
Cuanto sabes, tanto vales.
De la continua lección nace la ciencia.
De mal maestro no sale discípulo diestro.
Del sabio, el consejo, del rico el remedio.
Desde San Lucas a Navidad, hay pocos estudiantes de verdad.
Desvélate por saber y trabaja por tener.
Dime lo que lees y te diré como piensas.
Dos cosas no se pueden agotar: el saber y el agua del mar.
Duda y estudiarás, estudia y sabrás.
Educación y pesetas, educación completa.
El aprender es amargura; el fruto es la dulzura.
El buen discípulo pasa al maestro.
El discípulo que no duda, no sabrá jamás cosa ninguna.
El estudio, a los rudos hace sabios maestros.
El maestro Quiñones, que no sabía leer y daba lecciones.
El mejor amigo un libro.
El mucho estudiar, si no hay buena cabeza, es pura simplicidad.
El mucho regalo hace al hijo malo.
El mucho saber echa al hombre a perder.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
El que no duda, no sabe cosa alguna.
El que no es para estudiar, aplíquese a arar.
El saber no causa hartura.
El saber no ocupa lugar y por mucho que tengas lo puedes aumentar.
El saber no ocupa lugar.
El sabio nunca está solo.
El sabio y la vela, por alumbrar a otros se queman.
El tonto nace; y el sabio se hace.
En calidad y en dura, más vale el saber que la hermosura.
En esta vida con el tiempo mucho se sabe; con el tiempo todo se olvida.
En este mundo, para saber poco, se necesita estudiar mucho.
En las barbas no consiste el saber, sino en el mucho estudiar y en el mucho ver.
En pocos días no cabe gran sabiduría.
Enseña más la adversidad que diez años de Universidad.
Enseña más la austeridad que la Universidad.
Escribe antes que des, y recibe antes que escribas.
Eso se te pega, y como lo leíste se te queda.
Estudiando, estudiando, se va el hombre desbastando.
Estudiante de lumbre, cama y sol, no vale un caracol.
Estudiante memorista, loro a simple vista.
Estudiante que no estudia, en nada bueno se ocupa.
Estudiante que pasas de treinta, ¿cómo echaste la cuenta?
Estudiante salamanquino, tunante fino.
Estudiante tontiloco, por mucho que estudie sabrá poco.
Estudiar y no saber, es sembrar y no coger.
Hijo mimado, mal educado.
Ignorar para preguntar y preguntar para saber, eso es aprender.
La buena lectura distrae, enseña y cura.
La buena suerte se pasa y el saber se queda en casa.
La ciencia hace sabios; y la virtud santos.
La ciencia quiere prudencia y tiempo de experiencia.
La educación no está reñida con nadie.
La letra con sangre entra.
La letra, con sangre entra, pero con dulzura y amor se enseña mejor.
La mesa vale por escuela.
La práctica hace maestros.
La primera jornada del saber es querer aprender.
La verdadera valía es la sabiduría.
Las letras y la virtud, en mocedad y en senectud.
lección bien aprendida, tarde o nunca se olvida.
Leer sin entender, no es leer.
Leer sin hacerse cargo de lo leído, tiempo perdido.
Leer y comer, despacio lo has de hacer.
Leer y no entender es mirar y no ver.
Letras y canas, a cual más sabias.
Libro cerrado no saca letrado.
Libros, caminos y días dan sabiduría.
Lo que de cierto no sabes, ni lo afees ni lo alabes.
Lo que deprisa se escribe, despacio se lee.
Lo que en la mocedad no se aprende, en la vejez mal se entiende.
Lo que en la niñez se aprende, sea vicio o virtud, dura en la senectud.
Lo que por tu estudio sabes, no lo guardes con siete llaves sino, con buenos modos, comunícalo a todos.
Lo que se aprende en la cuna siempre dura.
Lo que se aprende en la juventud florida, jamás se olvida.
Los niños, de pequeños; que no hay castigo después para ellos.
Más aprende un pobre en un mes que un rico en años diez.
Más vale aprender viejo que morir necio.
Más vale ciencia que renta.
Más vale el saber que la hermosura; que él cada día crece, y ella no dura.
Más vale mucho saber que mucho tener.
Más vale saber que haber.
Muchacho sin educar, potro sin domar.
Mucho leer y bien entender, el mejor camino para aprender.
Muchos están en la jaula, por demasiado ir al aula.
Nadie es sabio por lo que supo su padre.
Nadie nace enseñado.
Ni el más sabio lo sabe todo.
Ni todos letrados, ni todos sabios.
Ni todos los que estudian son letrados, ni todos los que van a la guerra son soldados.
Ninguno de su saber se ufane, pues a todo hay quien gane.
Ninguno se hace sabio sin trabajo.
No entender lo que se ha leído, tiempo perdido.
No es más sabio el que más sabe, sino el que lo oportuno sabe.
No hay mejor gozo que aprender de todo.
No hay mejor maestra que necesidad o pobreza.
No hay tal maestro como fray ejemplo.
No leas muchas cosas lee pocas y ahonda.
No muchas cosas mal aprendidas, sino pocas y bien sabidas.
No presuma de tener ciencia quien no tiene experiencia.
No son maestros todos los que son padres.
Nunca sabios son los que en sus estudios no tienen tesón.
Observación y experiencia, ayudan a crear ciencia.
Para aprender y tomar consejo, nunca se es viejo.
Para aprender, es menester entender.
Para aprender, es menester padecer.
Para aprender, lo principal es querer.
Para aprender, nunca es tarde.
Para la virtud, educación; y para la ciencia, instrucción.
Para ser maestros poco sabemos; pero enseñando aprendemos.
Por la «estudianza» todo se alcanza.
Por la escritura, lo que había de olvidarse, perdura.
Por loco se ha de juzgar a quien sin aprender quiere enseñar.
Por muy sabio que sea no hay ninguno que todo lo sepa.
Por saber, nada se pierde.
Quien bien atiende, bien aprende si, además de oír, entiende.
Quien estudia y no aprende, si no es asno, lo parece.
Quien más piensa que sabe, a veces sabe menos.
Quien más sabe, más duda.
Quien más sabe, menos presume.
Quien mucho duerme, poco aprende.
Quien nada sabe, de nada duda.
Quien no entiende, no aprende.
Quien no sabe aprovecharse de lo que sabe, poco sabe.
Quien poco estudió, poco lució.
Quien sabe en secreto; no tiene saber perfecto.
Quien sabe, en todas partes cabe.
Quien sabe leer y escribir, a todas partes puede ir.
Raíz amarga es la del estudio; pero muy dulce su fruto.
Saber por solo saber, cosa vana viene a ser; saber para ser mejor, eso es digno de loor.
Sabiendo leer y escribir, hasta Roma se puede ir.
Sabio que solo sabe para sí, no vale un maravedí.
Sabio se ha de llamar el que sabe bien obrar.
Sabio comunica tu saber que hay muchos deseos de aprender.
Sabios conocí, sabios para los otros y necios para sí.
Salomón, que tanto sabia, de los niños aprendía.
Si lees mucho y mal te enteras, valdría más que no leyeras.
Si sabes que no sabes, algo sabes.
Sigue al maestro aunque sea tonto.
Todos los días se aprende algo.
Todos los días son días de aprender, y de enseñar también.
Tontos sabios nunca vi; pero sabios tontos, sí.
Un buen libro en las penas es alivio.